Etiquetar y clasificar

23/11/09
Parece ser que etiquetar vicia. Hay que encuadrar y clasificar a tokiski, como si de ese modo se fuera a conseguir comprender mejor las cosas. Ilusos.

En todo lo referente al ser humano y sus vicisitudes, 2 + 2 no siempre es 4. Por lo tanto, si pretendemos poner etiquetas, habría que poner sub-etiquetas que tuvieran en cuenta un sinfín de variables, cosa que generaría sub-sub-etiquetas y sucedáneas. Un bucle sin fin vamos.
Esto es muy evidente y no merece más reflexión. Sirva como introducción al tema, que no es otro que cuando las personas nos auto-etiquetamos.

Etiquetarse a uno mismo es una entrada VIP al caos interno. Limitarse, cuadricularse, aborregarse.

Me viene a la memoria ese tío con devoción erótico-festiva hacia otros tíos, y que se tortura preguntándose a sí mismo si será gay, bisexual o maricón de mierda. Si será activo o pasivo. Joder macho, la cosa es más sencilla que todo eso: eres sexual. Haz lo que te apetezca y te dejen. Es más, tienes libertad incluso para hacer lo que no te dejen (con sus consecuencias claro)
Llegará un día en que se conocerá a sí mismo y proclamará que es esto o lo otro. Y en vez de alcanzar la liberación, se estará esclavizando tontamente. Pues un día cualquiera puede tener otras apetencias (2+2=4,7), las cuales no podrá satisfacer porque se ha declarado a sí mismo de lo otro. Lo expuesto se puede aplicar a muchas más cuestiones.

Cada uno se amarga la existencia como buenamente quiere y/o puede, eso está claro. La cuestión de definirse y colgarse el cartelito es una soberana gilipollez. Y sí, yo me he puesto el cartelito de ermitaño, lo cual es una soberana gilipollez (¿hará falta explicar el por qué?)

Aparte de ermitaño, me declaro sexual, mojigato, liberal, conservador, rojo, facha, activo, pasivo, pacifista, belicoso, ignífugo, sumiso y un poquito cabrón. No sé si me explico.

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