Seguridad y estabilidad

13/12/09 2 comentarios
La mayor parte de los humanos nos pasamos media vida tratando de asegurarnos la otra media. Se busca seguridad, estabilidad, algo y alguien en lo que aferrarse. Y ésta incesante búsqueda en ocasiones conlleva que perdamos la perspectiva, que olvidemos que lo único que uno puede atreverse a asegurar es que no hay nada seguro. Es todo una ilusión, y conviene no olvidarlo.

Buscamos un trabajo estable, terminar de pagar la hipoteca, y conservar los dientes el máximo tiempo posible. No quiero decir que ello sea algo negativo, al contrario. Casi todos preferimos la vida estable y bajo nuestro aparente control que la vida bohemia que se vive al día. El error que veo es aferrarse tanto a esos objetivos que llega un momento que se pierde la chispa, la naturalidad y la capacidad de sorprenderse a uno mismo y a los demás se ha quedado por el camino y en su lugar se ha creado un autómata programado para no tocar ni poner en peligro aquello que en teoría está bien y ha costado mucho esfuerzo lograr.
La vida entera puede cambiar en un milisegundo. Todos los esfuerzos de años se pueden derrumbar en un abrir y cerrar de ojos. Vale que visualizar todo esto puede conducir a un estado de zozobra, pero mirar hacia otro lado tampoco nos va a ayudar mucho.

La empresa más estable se puede hundir de un día para otro por innumerables motivos. La casa mejor construida puede derrumbarse por otros innumerables motivos. Todo está sujeto a cambios, más aún cuando quien decide estos cambios no somos nosotros (llámese fuerzas de la naturaleza, ayuntamiento tocapelotas, arquitecto hijoputa, niño Jesús, etc. etc.)

Y tanto nos empeñamos en crearnos un micro-mundo seguro y estable, que olvidamos que lo único sobre lo que podemos tener un control y podemos hacer y deshacer es sobre nuestro modo de pensar y de sentir. Sólo somos dueños de nosotros mismos. Ésa es nuestra gran cruz y nuestro gran tesoro.
Porque si centramos nuestros esfuerzos en la ardua tarea de conocernos, comprendernos y educarnos, todo lo demás será más fácil. Los problemas seguirán llegando puntualmente a su cita, sí, pero cuando uno tiene la seguridad de conocerse a sí mismo y a la vez se otorga la libertad de ir actualizándose a nuevas versiones, puede afrontar cualquier derrumbe, salir victorioso de cualquier batalla y saber adaptarse a cualquier cambio de escenario vital.

Por suerte o por desgracia, nada es eterno. Al menos todo lo que concierne a este planeta y a esta dimensión. Y como vivimos en este planeta y en esta dimensión, qué mejor que atenernos a sus reglas. Busquemos la seguridad y la estabilidad, pero en el cajón adecuado.

Y como llevo todo este rato que escribo mi reflexión desechable acordándome del poema If, de Rudyard Kipling, lo copipasteo a continuación en spanish version. Bien podía esto ser un credo para cualquiera que sepa comprenderlo:

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas.
Si no buscas más odio, que el odio que te tengan.
Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres.

Si al hablar no exageras, lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si alcanzas el triunfo ó llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.

Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas de un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie lo que eres, ni lo que eras.

Si logras que los nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga, de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo, cuando no quede nada,
porque tú lo deseas, lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo, y guardas la virtud.
Si marchas junto a Reyes, con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman, y ninguno te precisa.

Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos, que te llevan al cielo.
Todo lo de esta Tierra será de tu dominio,
Y mucho más aún ...

¡ Serás un HOMBRE, hijo mío !

Hey You - Pink Floyd

12/12/09 3 comentarios




Together we stand. Divided we fall

Ascension - Mike Oldfield

3/12/09 1 comentarios
La primera entrada musical no podía ser para otro que no fuera Mike Oldfield.

Corría el año 1994, los ordenadores empezaban tímidamente a formar parte de nuestras vidas, y Mike lanzó una de sus grandes obras: The Songs Of  Distant Earth. Una especie de reconversión de su inconfundible música hacia el universo electrónico. Otra muesca más en su revólver de grandes aportaciones al mundo musical.



The Songs Of Distant Earth es un libro escrito por Arthur C. Clarke (autor de 2001: Una Odisea del Espacio) en el cual se basó Oldifeld para crear esta música. En el CD se incluyó lo que por aquel entonces era toda una novedad: realmente era un CD-ROM cuya primera pista era una animación hecha con ordenador... que sólo se podía ejecutar con un Mac.

El disco tiene grandiosos momentos, pero me he decidido por el final; Ascension, que reúne varias de las melodias principales que han ido sonando en la escucha del disco y tiene uno de esos subidones tan típicos de la música de Mike Oldfield. Que lo disfruten ustedes tanto como yo :-D


Cap. 1: Resacas y problemas del espacio-tiempo

2/12/09 0 comentarios
- ¿Qué cojones pasa Mo? El suelo se acaba de mover y me he caído de la cama. Me cago en la puta, que resaca tengo. ¿Qué coño haces?

- Sí Jon, buenos días, yo también me alegro de verte.

- Bah, no me jodas, tú nunca te alegras de verme y los dos lo sabemos. ¿Me pasé mucho anoche? Maldita sea, no recuerdo casi nada… ¿algo que deba preocuparme o avergonzarme?

- Bastante de las dos cosas. 

- Vale. No quiero saberlo. No me cuentes nada. ¿Dónde estamos?

- Es justo lo que intentaba averiguar antes de que vinieras a incordiar. A lo lejos se empieza a divisar un cartel con un logotipo que parece el de McDonald’s. Supongo que estamos en algún punto del planeta Tierra, por suerte.

- ¿Supones?

- Sí, Jon. Supongo.

- ¿Y por qué no lo sabes en vez de suponerlo?

- Porque anoche, por motivos que no quieres saber, produjiste una avería en la nave. Esa avería provocó que nos fuéramos directos a un campo de distorsión del continuo espacio-tiempo. Y después de horas tratando de salir de él y de reparar los desperfectos de la nave, he conseguido estabilizar nuestra situación hace unos minutos, cuando tú has despertado.

- Menuda mierda…

- Eso mismo dijiste antes de caer dormido.

- Bueno vale, vamos a centrarnos en el presente. Sí, eso parece un McDonald’s. Tengo hambre, vamos a desayunar y podremos confirmar dónde estamos. 

- Y cuando.

- ¿Qué?

- No sé en que año estamos.

- Joder, no me das más que malas noticias.

- Te puedo dar una buena noticia: gracias a mi no fuiste sodomizado. Aunque me arrepiento, la verdad…

- Sí, vale, pues muchas gracias. Escucha, una pregunta Mo; ¿es normal que ahoa mismo una hiena me esté lamiendo la mano?

- No es una hiena, es un perro.

- Tiene toda la pinta de ser una hiena.

- Si lo fuera, te estaría comiendo la mano en vez de lamerla. Es un perro feo y con aspecto andrajoso, pero es un perro. Por cierto, es tu perro desde anoche.

- ¿Cómo pasó para…? Déjalo, mejor no saberlo. Una cosa: ¿me conviene abandonar al perro?

- Si estimas tu pellejo, mejor no lo hagas.

- ¿Y tiene nombre la hiena, digo… el perro?

- Jonito

- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Quién cojones le puso ese nombre?

- Tú

- Cada vez me duele más la cabeza…

- Vamos a bajar a ver si desayunamos.

- Sí, será mejor.

El Jovencito Frankenstein

30/11/09 2 comentarios
Esta película, perpretada por Mel Brooks y Gene Wilder, es para mi gusto una de las mejores comedias que se han rodado. A simple vista podría confundirse con una película de parodias más, y viniendo de Mel Brooks pues uno puede sospechar con fundamento. Pero El Jovencito Frankenstein es mucho más que una simple película de parodias.



Esta peli contiene excelentes diálogos, algunos gags memorables y es una de esas cintas que no pierden validez con el paso de los años, marcando la línea que años más tarde seguirían (más o menos) otras recomendables películas como Aterriza Como Puedas o Top Secret. Igualico que la saga Scarie Movie sí...

Mención especial merece Marty Feldman en su papel del jorobado Igor. La película sin él no sería ni la mitad de lo que es. Para muestra, la escena en la que nos presentan a Igor (o Aigor...)





Y como no quiero desenmascarar más la película, sólo queda lanzar una humilde recomendación desde la atalaya: ved El Jovencito Frankenstein!

Cuando la vida te sorprende

27/11/09 5 comentarios
Van pasando los años y uno, sin prácticamente darse cuenta, va alcanzando lo que se supone que es una edad madura. Y sabes con más seguridad que nunca que no sabes una mierda, pero que difícilmente nada ni nadie te vaya a sorprender, pues te esperas casi cualquier cosa del ser humano (casi todas malas). Entonces, sin previo aviso, la vida te sorprende, y de qué manera. Llega ELLA y lo pone todo patas arriba.

La cosa empezó meses atrás. Cuando un buen día andaba yo por el ciberespacio buscando blogs de esos en los que uno encuentra gente diferente. Supongo que en cierto modo buscando almas afines. Y llegué a su blog (definitivamente, creo que gracias a La Vida de Brian ;-) ), Retales Sueltos, y al poco de leerla vi que se trataba de alguien diferente, especial. Algunos comentarios, algún escueto e-mail, y poco más. Pasaron unos meses sin que se produjeran grandes acercamientos.
A finales de septiembre nos agregamos al messenger de los cojones. Poco a poco cada día fuimos hablando (si acaso se le puede llamar  así a lo de teclear) con más frecuencia. Me comentó que tenía un par de semanas de vacaciones en noviembre, pero ningún plan, aunque tenía necesidad de tomar aire, de hacer un viajecillo. Yo me encontraba en situación similar, y bromeando le dije que nos fuéramos los dos mano a mano de viaje en plan carretera y manta por España. Bendita broma. Porque el domingo 8 de noviembre estábamos empezando lo que sin lugar a dudas ha sido la mejor semana de mi vida.

Es complicado que visto desde fuera pueda llegarse a comprender. Desde el primer día, me he sentido más cómodo con su compañía que todas mis relaciones anteriores juntas. He podido ser yo, con todos mis defectos y mis (supuestas) virtudes. Ha habido un entendimiento que cuesta de creer incluso viviéndolo en las carnes propias. No ha habido ni atisbo de las típicas gilipolleces que tanto detesto en las relaciones hombre-mujer; llámese dobles intenciones, digo sin decir, jueguecitos de conquista y falsedades varias típicas. Ha sido perfecto. Ha sido tratarse como personas, como siempre he creído que debería ser.

De modo que yo, ermitaño, acérrimo detractor de lo sentimental, azote de baboseos y baboseadores, estoy que apenas pienso en otra cosa que no sea relacionada con ELLA. Y no veo la hora de volver a disfrutar de su compañía (sólo quedan 7 años!). Y es que, la única complicación de todo esto es que nos separan alrededor de 400 km.

Quien lea esto puede pensar que soy otro friki de Internet que idealiza a otra persona sin base alguna. Se equivocaría. En poco tiempo ELLA me ha demostrado que todas mis sospechas eran ciertas, es más, me quedé corto. Es una persona madura, inteligente, sincera, honesta, cariñosa, con personalidad, simpática, buena persona, divertida, directa, culta... lo tiene TODO joder!! Y si todo lo expuesto fuera poco, es rozar su atractivo cuerpo y el mundo entero deja de existir (que se lo pregunten a los viandantes de Medina eh :-D )

Ahora tengo un gran motivo más para ser mejor persona, para sonreir, para mejorar y pulir mis muchos defectos. Y tengo un gran motivo más para creer en la humanidad, que puede sonar a poco pero en mi caso es mucho. Gracias por entrar en mi vida, te necesitaba en muchos aspectos, aunque yo aún no lo sabía del todo. Me siento afortunado, mucho.

Y no quiero olvidarme de Silvia, Pedro, Janet y demás gente cacereña. Nos hicistéis la estancia por tierras extremeñas muy agradable, de las que dejan huella. Confío en que algún día (y que no sea lejano) podamos repetir una sesión de cerveza + tapas y rock&roll :-D

Y es que, afortunadamente, hay veces que la vida te sorprende. Las personas te sorprenden y te hacen la existencia mejor.

Futuro

25/11/09 0 comentarios
A menudo pensamos en el futuro como algo incontrolable e inescrutable. Y en gran parte así es. Muchos factores entran en juego que escapan a nuestro radio de acción, pero que pueden influirnos de modo directo y vital. Ante esta perspectiva, puede uno sentirse totalmente inútil. Un títere en manos del azaroso devenir.
Si nos dejamos arrastrar por esta sensación, más pronto que tarde todo nos va a importar una mierda. ¿para qué esforzarse en esto o aquello en vistas de un futuro mejor, si el futuro es algo que no depende de mi?

No podemos controlar lo que el futuro nos deparará, pero sí podemos controlar nuestra respuesta a ese futuro. Nadie ni nada puede obligarnos a tomar una dirección contraria a nuestros deseos e intereses. Es así de sencillo. Somos nuestros propios libertadores y nuestros propios carceleros. Opciones y decisiones. A veces es más cómodo pensar que somos presos de un modo de vida, o de unos lazos afectivos, o de una hipoteca por pagar. Excusas. Bajo esta tapadera a menudo se oculta la cobardía, y en los casos más sensatos se encuentra la responsabilidad.

El futuro de cada uno se constituye de los acontecimientos sobre los cuales no se tiene control alguno más lo que nos vamos construyendo en el presente. Porque nuestro micro-mundo es tal como nosotros lo creamos día a día.

Ahora mismo no quiero pensar más que en el futuro inmediato. En ese futuro imediato, dentro de pocos días tendré el privilegio de estar junto a la persona que está dando un agradable vuelco a mi vida. Y mi sonrisa será la más grande que se pueda imaginar.

Sobre el futuro lejano... ya lo trataré cuando sea futuro inmediato.

Etiquetar y clasificar

23/11/09 0 comentarios
Parece ser que etiquetar vicia. Hay que encuadrar y clasificar a tokiski, como si de ese modo se fuera a conseguir comprender mejor las cosas. Ilusos.

En todo lo referente al ser humano y sus vicisitudes, 2 + 2 no siempre es 4. Por lo tanto, si pretendemos poner etiquetas, habría que poner sub-etiquetas que tuvieran en cuenta un sinfín de variables, cosa que generaría sub-sub-etiquetas y sucedáneas. Un bucle sin fin vamos.
Esto es muy evidente y no merece más reflexión. Sirva como introducción al tema, que no es otro que cuando las personas nos auto-etiquetamos.

Etiquetarse a uno mismo es una entrada VIP al caos interno. Limitarse, cuadricularse, aborregarse.

Me viene a la memoria ese tío con devoción erótico-festiva hacia otros tíos, y que se tortura preguntándose a sí mismo si será gay, bisexual o maricón de mierda. Si será activo o pasivo. Joder macho, la cosa es más sencilla que todo eso: eres sexual. Haz lo que te apetezca y te dejen. Es más, tienes libertad incluso para hacer lo que no te dejen (con sus consecuencias claro)
Llegará un día en que se conocerá a sí mismo y proclamará que es esto o lo otro. Y en vez de alcanzar la liberación, se estará esclavizando tontamente. Pues un día cualquiera puede tener otras apetencias (2+2=4,7), las cuales no podrá satisfacer porque se ha declarado a sí mismo de lo otro. Lo expuesto se puede aplicar a muchas más cuestiones.

Cada uno se amarga la existencia como buenamente quiere y/o puede, eso está claro. La cuestión de definirse y colgarse el cartelito es una soberana gilipollez. Y sí, yo me he puesto el cartelito de ermitaño, lo cual es una soberana gilipollez (¿hará falta explicar el por qué?)

Aparte de ermitaño, me declaro sexual, mojigato, liberal, conservador, rojo, facha, activo, pasivo, pacifista, belicoso, ignífugo, sumiso y un poquito cabrón. No sé si me explico.

Buscando lo perdido

20/11/09 1 comentarios
El callejón era oscuro, lúgrube. Ningún establecimiento fiable podría tener su sede en semejante lugar, pero varias personas le habían hablado del buen hacer del Sr. Malowy. Además, no había otra persona en toda la ciudad que le fuera a ayudar por ese precio.
Con titubeantes pasos, llegó a la puerta. En un viejo y sucio cartel se podía leer un escueto Sr. Malowy - Detective. Cuando se disponía a llamar, escuchó unos pasos detrás de él, y una voz que le decía:

- Usted debe ser el Sr. Lortan. Veo que es puntual, se lo agradezco. Pase, por favor. - añadió mientras abría la puerta y entraba en el pequeño despacho.

Su voz era neutra, ni demasiado grave ni demasiado aguda. Su tono no era brusco ni amable. Era educado pero sin falsos alardes. El despacho era pequeño, hacía años que no lo habían pintado y apenas tenía una mesa, la silla del Sr. Malowy y otra silla para sus clientes. La ventana era lo único que habitaba en las paredes. No había cuadros, no había plantas, en la mesa no había un sólo papel. Aquella habitación parecía querer esquivar cualquier indicio de humanidad. Aun así, resultaba agradable estar allí dentro.
Lortan se sentó en la silla con evidente timidez, y cuando alzó la vista encontró la penetrante mirada de Malowy observándolo. El aspecto de Malowy no era especial, debería tener alrededor de 50 años calculó Lortan, pero sus ojos marrones parecían haber vivido varias vidas mortales.

- Dígame Lortan, ¿en qué puedo ayudarle?

Había algo en la escueta forma de expresarse de aquel hombre, que transmitía que en verdad tenía el deseo de ayudar. No sonaba a mero formalismo.

- Verá, Sr. Malowy, tengo un gran problema. He perdido algo muy valioso, y me han dicho que usted es la única persona que puede ayudarme a encontrarlo.

- Gracias, me alegra saber que tiene buenas referencias mías. ¿Qué ha perdido?

- No encuentro mi imaginación. No sé dónde está, no la encuentro. Necesito encontrarla. - El dolor se mostraba en el contraído rostro de Lortan.

- No se apure. Veamos que se puede hacer. Necesitaré algunos datos para empezar la búsqueda. Por favor, reláteme como es un día cualquiera de su vida.

Lortan no comprendía la relación de la pregunta con su problema, esperaba otro tipo de preguntas. Pero aquel hombre y su forma de hablar transmitía seguridad en sí mismo, de modo que decidió confiar aunque no comprendiera.

- Pues... me levantó temprano, a 6:30 de la mañana. Me tomo un café en el bar de la esquina y voy a trabajar. Trabajo en una fábrica, en una cadena de montaje. Cuando termino, me voy a casa y me ducho. Luego veo la televisión, o me reúno con algunos amigos a tomar una cerveza y hablar de fútbol. Ceno, veo alguna serie o película en la televisión y me acuesto pronto.

- Entiendo. Parece ser que en su vida cotidiana no necesita utilizar la imaginación. Si no es indiscreción, dígame, ¿para qué la necesita entonces?

El rostro de Lortan connotaba angustia, las palabras tardaron un breve instante en fluir.

- Siento un gran hastío. Nada de lo que hago me reporta una satisfacción real. Tengo 42 años, una familia, una estabilidad, pero... nada me reconforta. Hace unas semanas, recordé una época de mi vida en la que de vez en cuando pintaba cuadros. Nunca fui muy talentoso, pero mientras pintaba me sentía verdaderamente bien. Así que pensé que si volviera a hacerlo, a disfrutar de esa sensación, me sentiría mucho mejor. Pero no soy capaz de pintar ni dibujar nada, no se me ocurre nada. ¡Mi imaginación se ha ido! ¡Encuéntrela, por favor!

- Amigo, me temo que no puedo ayudarle tal como usted desea.

- ¡Eso no es posible! Usted lo encuentra todo...

- No puedo encontrar algo que no se ha perdido. Usted lleva veinte años sin usar la imaginación, sin alimentarla. Todo en este mundo necesita ser alimentado, y si no se alimenta muere. Usted ha matado a su imaginación.

- ¡Oh no! Es verdad. ¿Y qué puedo hacer ahora? - Exclamó Lortan entre sollozos.

- Por suerte, la imaginación nunca muere del todo. Pero mírese, está tan acostumbrado a que le digan lo que tiene que hacer, pensar y soñar, que se encomienda a mi para que resuelva sus propios problemas. Sólo usted puede encontrar de nuevo a su imaginación, pero deberá tener inciativa, paciencia y constancia. Nadie puede ayudarle y, de hecho, nadie le va ayudar. Si consigue recuperar al niño que un día fue, su imaginación volverá de su mano. No tengo nada más que decirle.

Lortan salió de aquel extraño lugar visiblemente transtornado. En ningún supuesto pensó que la conversación iba a ser de ese modo.
- Que no resuelvo mis propios problemas, qué sabrá él. ¡Soy un adulto, no puedo comportarme como un niño!
 Mientras caminaba cabizbajo sin rumbo por las vacías calles, vió junto a un bordillo un trozo de vidrio. Se agachó para recogerlo instintivamente, era el fondo de una botella rota. Al levantarlo para mirarlo más de cerca, junto a la farola, se percató que la luz formaba extraños dibujos y colores en la pared tras atravesar el vidrio. De pronto, recordó que de niño solía jugar con las luces, los vidrios, las sombras... Y tras pasar unos cinco minutos experimentando con las luces de la ciudad y aquel vidrio, comprendió el significado de las palabras de Malowy. Ya sabía dónde y cómo había perdido su imaginación, y ya sabía dónde buscarla.

Manual básico sobre el funcionamiento de las masas, by Monty Python

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Qué bien nos iría si aplicásemos ésta receta

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Introducción al ermitañismo moderno

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Para empezar con esto, qué mejor que una (suave) introducción al ermitañismo moderno. Yo me considero tal. Psicólogos, sociólogos y gente de similar a la par que dudosa reputación quizás me definirían como persona asocial, o me diagnosticarían alguna tara psicológica de nombre impronunciable. La cosa es más sencilla: prefiero estar en mi atalaya que entre borreguillos. No es que encuentre dificultades en socializarme, la cosa es que no me da la gana.

Pero tengo cierta predilección por las comodidades terrenales y de la sociedad de consumo, de modo que en vez de practicar la vida ascética totalmente alejado del mundanal ruido, trato de mantenerme cerca del rebaño y de vez en cuando me doy un paseo bajo mi apariencia de borreguillo común. Porque, aparte de los motivos expuestos, de vez en cuando emerge de entre el rebaño una de esas personas que gustan de ir a contra corriente, a los que es una suerte conocer y, sobre todo, poder entablar sana amistad. Y es que, por suerte o por desgracia, la soledad es un asco.

¿Contradictorio? Puede que sí. Pero en cuestiones de supervivencia cada uno se apaña como buenamente puede oiga.

De modo que como creo disponer de una visión amplia y exenta de pasiones, gracias a mirar el mundo desde mi atalaya, seguramente iré escribiendo por aquí lo que se me vaya ocurriendo. O enlazando música, escenas de películas... A pesar de todo, la vida y el ser humano pueden ser asombrosamente interesantes y/o bellos.